Tetzave - focaccia con aceite de oliva y que no se apaguen las luces

Esta semana leemos sobre el rol de los sacerdotes en el Tabernáculo, y la parashá empieza:
"Y tú ordenarás a los hijos de Israel que te traigan aceite de olivas puro, virgen extra, para la iluminación, para encender las lámparas en forma permanente" (Éxodo / Shemot 27:20)
El Rabino Mishael Zion nos explica que de todas las donaciones que se deben dar al Tabernáculo, esta es la única que es permanente: siempre hay que tener "la luz prendida".  Este mandamiento se mantiene hasta hoy en día, y en cada singagoa tenemos un "ner tamid" - una luminaria que nunca se apaga.

En el mundo empresarial, es buena práctica mantener los Gastos Generales (overhead costs) bien controlados y gastar lo mínimo posible para que la rentabilidad bruta de la empresa (Ventas - Costos) no sea consumida por los Gastos Generales. Varios estudios sobre organizaciones sin fines de lucro indican que el nivel de Gastos Generales es una mal indicador del rendimiento de una organización de beneficencia. A pesar del mito popular según el cual "se gasta más de lo necesario en gastos generales", los estudios recomiendan que la mayoría debería gastar MAS y MEJOR para ser sana y efectiva. 
En lugar de perseguir porcentajes de gastos minúsculos, los donantes deberían focalizarse en buscar en las organizaciones buena calidad de transparencia, gobernancia, liderazgo y resultados.

Este mandamiento de donar aceite al Templo sigue sumamente vigente en la contribución hacia los gastos generales de nuestras instituciones comunitarias. Y en el apoyo a la labor de quienes trabajan en las instituciones para asegurarse que las luces se mantienen encendidas desde el atardecer hasta el amanecer.

Para recordar el aceite al Templo que mantiene encendidas las luces, esta semana preparamos una focaccia con aceite de oliva virgen extra.

Comentarios y recetas de años anteriores:
Aceite de oliva y albahaca - sabiduría que ilumina como el aceite
Peras con cardamomo y azafrán - postre aromático como el incienso y colorido como las ropas de los Kohanim
Puchero de otoño con Chutney de ciruelas - ofrendas y donaciones de comida

Focaccia con uvas y romero
Adaptado de Smitten Kitchen.  La receta original lleva menos harina, pero decidí usar la proporción de la receta de Ottolenghi porque había quedado demasiado pegajosa.  El amasdo tradicional de la focaccia incluye varios pasos de estirar la masa y dejar reposar.  Esta versión es para cuando no tenemos el tiempo ni la paciencia.

Mezclar en el bols de la batidora
  • 1 1/2 taza (340 ml) agua tibia
  • 4 cucharadas (60 ml) leche tibia
  • 3 cucharitas (12 gr) azúcar
  • 3 cucharita (10 gr) levadura instantánea


Dejar reposar tapado por 10 minutos – hasta que empiece a formar burbujas.

Agregar y batir hasta mezclar bien
  • 5 tazas (600 gr) harina
  • 1 cucharita  (6 gr) sal
  • 4 cucharadas aceite de oliva virgen extra

 Amasar (con el accesorio de amasado de la batidora) por 8 minutos.

Poner en un bols aceitado con aceite de oliva virgen extra, tapar y dejar leudar en la heladera hasta el día siguiente (o por lo menos 12 horas).  
Pronta para leudar
y llena de burbujas,
leudada luego de 12 horas en la heladera

Luego que leudó, con las manos enharinadas, dividir la masa en 2 porciones.  Hacer un bollo con cada una y poner sobre una asadera bien aceitada.

Mojar los dedos en aceite y estirar cada bollo en la asadera en forma rectangular o redonda. La masa es bien blanda y hay que estirarla con la mano.  Cubrir con un repasador y dejar leudar por 1 hora. durante la hora volver a estirar la masa en la asadera un par de veces.


al final
al principio



















Calentar el horno a 240°C.

Pintar la masa con aceite y cubri con:
  • 1 1/2 taza de uvas rojas o blancas, cortadas a la mitad y sin las semillas
Mezclar y espolvorear la masa con:
  • 1 cucharita de romero fresco
  • 2 cucharadas azúcar negra o rubia
  • 1 cucharita sal gruesa


Hornear por 15 minutos. Servir tibia o a temperatura ambiente.

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