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Ki Tetzé - para convidar: pollo "dedito para arriba"

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La parashá de esta semana hace referencia a muchas reglas referentes a cómo relacionarnos con el otro, incluso cuando salimos a la guerra. En relación a los pueblos enemigos se explica que no debemos aborrecer a los Egipcios "porque extranjero fuiste en su tierra", pero con otros pueblos el texto es duro: "No entrará ammonita ni moabita en la congregación del Eterno .... porque no les proporcionaron pan y agua en el camino, cuando salisteis de Egipto …. no procurarás su paz y su bien en todos tus días, para siempre". (Devarim / Deuteronomio 23:4 – 7) Como en tantos otros momentos, el texto bíblico nos llama la atención sobre la importancia de la hospitalidad, especialmente con los más vulnerables. En este mes de Elul nos acercamos a Rosh Hashaná y, seguramente, ya estamos preprándonos para recibir invitados en nuestra casa o para compartir la mesa de amigos y familia. Las próximas semanas son ideales para probar alguna receta nueva para compartir. Por eso les

Shoftim - frutos de árboles para ensalada

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Esta semana leemos en la Torá: "Cuando sitiares una ciudad durante un largo tiempo, luchando contra ella para poder capturarla, no debes destruir los árboles …… Podrás comer de ellos, pero no puedes cortarlos."   (Devarim / Deuteronomio 20:19-20) Y en el Talmud de Babilonia (Taanit 23a), la historia del sabio Honi, conocido como “el hacedor de círculos” nos enseña: un día marchaba por el camino y vio a un hombre que plantaba un algarrobo. Honi le preguntó: ¿Cuánto tiempo tarda este árbol en dar frutos? El hombre respondió: Setenta años. Honi volvió a preguntar: ¿Estás seguro de que vivirás setenta años más? El hombre respondió: Cuando nací encontré algarrobos crecidos en el mundo; como mis antepasados los plantaron para mí, también yo los planto para mis hijos.  En este mes de Elul, en que nos pensamos como preparación para Rosh Hashaná, nos preguntamos: ¿Qué plantamos hoy para que sus frutos lo disfruten las próximas generaciones? Hoy nos llamó nuestra amiga R

Reé - chauchas con carne de campo natural

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En esta parashá se detallan varias de las leyes de kashrut relacionadas con el consumo de carne. Una de ellas, condiciona la posibilidad de comer carne a que tengamos suficientes recursos: Cuando el Eterno, tu Dios, ensanchare tu territorio según te habló, y tú dijeres: "voy a comer carne", porque tu alma desea comer carne, con todo el deseo de tu alma podrás comer carne. (Devarim / Deuteronomio 12: 20) El comentario de Rashi a este versículo es que esto es para enseñarnos como comportarnos con los recursos limitados. Una persona solo puede desear comer carne cuando tiene abundancia.  Otra forma de verlo es que debemos asegurarnos que tenemos los recursos naturales para poder comer carne en forma sustentable. No es lo mismo la carne de vacas criadas en corrales de engorde (que usan mucho de los recursos escasos), que la carne de vacas uruguayas criadas a campo natural. Ensanchare tu territorio es como decir: Viva la cría extensiva! En resumen, podemos decir que solo la

Devarim - salsa de miel de abejas que pica

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Comenzamos a leer el último libro de la Torá: Devarim o en español Deuteronomio, donde Moisés da su discurso final: "Estas son las palabras [devarim]" (Devarim / Deuteronomio 1:1) Palabras, en hebreo "devarim" es parecido a "devorim" (abejas), pero en idish se confunden porque se pronuncia "devoirim". Nuestros sabios comparan a las palabras críticas que dirige Moisés al pueblo de Israel con las abejas y sus molestos aguijones. Es paradójico que la picadura de una abeja molesta al que pica, pero a su vez causa mayor daño a la propia abeja que muere. Algo parecido le pasa a Moisés que muere al final del libro de Devarim. Este comentario nos da para pensar cuando escuchamos una crítica. Por un lado nos duele a nosotros los criticados, pero también debemos tener en cuenta lo que le duele a quien la realiza. Hablando de abejas, compartimos una receta con miel combinada con picante para una salsa muy especial. Comentarios y recetas anteriores:

Matot - kebab de los dos lados del Jordán

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Esta semana llegamos al final de la lectura del cuarto libro de la Torá, el libro de Bamidbar (Números), con la lectura de las últimas dos parashot: Matot y Masei unidas. Al final de la travesía de 40 años por el desierto, se realiza la asignación de las tierras para cada tribu. Justo antes del cruce del Jordan y la entrada del pueblo a la tierra de Israel, dos de las doce tribus (Gad y Menashé) deciden quedarse con su ganado en las tierras del lado oriental del río Jordán. "Entonces ellos se acercaron a él y le dijeron: Edificaremos aquí corrales para nuestro ganado y ciudades para nuestros hijos" (Números / Bamidbar 32:16) Moshé condiciona esta decisión a que los hombres de ambas tribus aconpañen a las otras 10 tribus durante las batallas por la conquista de la tierra de Israel, y solo después dice: "Edificaos pues ciudades para vuestras familias y corrales para vuestros rebaños, y haced lo que habéis prometido."   (Números / Bamidbar 32:24) Moshé

Pinjas - pastrami casero

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En esta semana leemos sobre la sucesión de Moisés por Josué: E hizo Moisés como le había ordenado el Eterno, y tomó a Josué y le presentó delante de Elazar el sacerdote, y delante de toda la congregación. Y puso sobre él sus manos , y le dio el cargo; como había ordenado el Eterno  (Bamidbar / Números 27:23) Moisés usa sus manos para traspasar el mando y el liderazgo del pueblo.  No una espada ni una banda presidencial, sino sus propias manos.  Como la comida casera que hacemos con nuestras propias manos: requiere tiempo, esfuerzo pero es nuestra forma de transmitir. ¡Gracias a Oren por la receta!   Requiere planificación previa, pero es super sencilla y con ingredientes que siempre tenemos a mano en la despensa.  Especial hasta para los que no les gusta la pechuga (está probado). Comentarios y recetas anteriores: Las hijas de Tzelofjad (alcaparra aguda) que lucharon por sus derechos nos inspiraron en este Pescado con alcaparras.    Como a veces es sabio y convenient

Balak - morrones invisibles

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El año pasado ya contamos la historia del profeta pagano Balaam y su burra /asna que tiene la particularidad de ser un animal que habla (algo no muy común en una historia bíblica) y que acompañamos con una receta de Burritos parlantes.  Pero esta asna no solo habla sino que tiene la capacidad de ver lo que es invisible a los ojos de Balaam: "Y la asna vio al ángel del Eterno puesto de pie en el camino, con su espada desenvainada en su mano, y se desvío el asna del camino, y anduvo por el campo. Y golpeó Balaam al asna para hacerla volver al camino." (Bamidbar / Números 22:23) La asna ve al ángel, no una vez, sino tres veces (22:23, 22:25, 22:27).  Los comentaristas no comentan sobre el hecho que quien ve y habla es una asna, no un asno.  Es más,  en el Tzena Urena (escrito en 1590 por un hombre), neutralizo el sexo del asno. Irónicamente el Tzena Urena fue escrito por Rabbi Shlomo ben Isaac Ashkenazi con comentarios simplificados de la lectura semanal de la Torá y pasaje